Fernando Duque Ph.D.
Profesor titular
Ciencias Políticas,
Universidad de Los Lagos
Campus Chinquihue, Puerto Montt
Julio 2009
En el congreso Mundial de Ciencia Política que recientemente se realizó en Santiago, la forma de gobierno llamada “democracia liberal” fue analizada, discutida y teorizada en la inmensa mayoría de los trabajos presentados en dicho congreso. Algunos observadores señalaron la irrelevancia de esta agenda de discusión, ya que sólo el 6% de la población mundial (países de origen anglosajón) practican dicho sistema. El 94% de la población mundial utiliza otras formas de gobierno y ellas no fueron suficientemente analizadas por el Congreso. De allí el sentimiento de que
Numerosos participantes al congreso señalaron que el modelo llamado “Democracia liberal” no es relevante para América Latina. Esto debido a las características básicas de la cultura política dominante en la región. En América Latina sólo funcionan formas de gobierno autoritarias y elitistas, ya sean de derecha o de izquierda. Como una forma de gobierno autoritaria y oligárquica dura de derecha tenemos los casos de Colombia, México y Perú. Como forma autoritaria blanda de derecha se señalaron los casos de Chile y Brasil. En Colombia, México, Perú y ahora Honduras, ya se ha desatado una lucha de clases relativamente violenta y el autoritarismo oligárquico es altamente represivo. En Chile, la oligarquía dominante (ya sea la elite política de la concertación o la elite política de la alianza) decidieron crear hace ya casi 20 años lo que se ha denominado “Estado de Bienestar tipo hormiga”, es decir la elite oligárquica dominante crea y mantiene una malla de protección social suficientemente efectiva para evitar que la inmensa mayoría caiga en niveles de pobreza extrema. Esta malla hábilmente manipulada e implementada permite y asegura la paz social en el país. Pero de todos modos el sistema chileno es el gobierno de unos pocos, por unos pocos, y sólo para unos pocos. Sólo el 20% de la población tiene un estándar de vida adecuado y decente, pero el 80% de la población vive en forma sumamente precaria. Algo similar a este sistema oligárquico blando de derecha podría encontrarse en el sistema brasilero, a pesar que el poder ejecutivo está en manos de un líder de izquierda.
Por su parte, los sistemas populistas de Venezuela, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Argentina tienen una elite progresista pero de tipo autoritario que trata de gobernar acercándose a la forma de gobierno llamada “aristocracia”. Es decir, el gobierno de unos pocos, por unos pocos, pero para beneficio de todas las clases sociales y el bien común y particularmente para el beneficio de los más pobres. Todos estos líderes populistas de izquierda se vieron obligados a romper y desechar el modelo liberal democrático, y esto por la simple razón que las elites oligárquicas (que tradicionalmente han sido dueñas de estos países) no permiten un cambio pacífico y democrático. Los recientes sucesos en Honduras es una manifestación clara de este gigantesco problema regional.
Las elites oligárquicas de derecha, se han dado cuenta que líderes populistas inteligentes, pueden alcanzar a través de elecciones relativamente limpias, grandes mayorías plebiscitarias y a través de este mecanismo imponer la llamada dictadura de la mayoría. Con estas aplastantes mayorías los líderes reformistas introducen cambios constitucionales y empiezan a despojar de sus privilegios a una elite corrupta que ha gobernado ininterrumpidamente por casi 200 años.
Las elites gobernantes de derecha, hasta ahora han gozado del sólido apoyo de los Estados Unidos y es así como se han logrado mantener en el poder sin hacer concesiones a las masas e incorporar a las grandes mayorías en el proceso político. De esta peculiar situación de dependencia nace la brutalmente desigual distribución del ingreso y la riqueza de la región. Está claro que América Latina es el área más injusta del planeta. Pero ahora a partir de Septiembre del 2001 el poder hegemónico ha estado ocupadísimo en el Medio Oriente y Asia, y se ha visto obligado a cambiar su política hacia el patio trasero. Las oligarquías de derecha latinoamericanas están ahora desprotegidas y ya no cuentan con el escudo protector de los marines. Sólo cuentan con sus propias Fuerzas Armadas, el apoyo de la clase empresarial, y la jerarquía superior de la iglesia católica.
Como el costo de tener que aceptar una distribución del ingreso y la riqueza distinta a la que se acostumbraron por siglos; es demasiado alto; estas elites no dudan en utilizar el golpe de Estado cuando se dan cuenta que el control de la situación se le está yendo de las manos. Debido a estas tendencias, es altamente probable que el autoritarismo tanto de derecha como de izquierda aumente considerablemente en los próximos años. Es utópico y bastante ingenuo pensar que la marcha de América Latina va en dirección hacia una verdadera democracia liberal.
La ciencia Política latinoamericana debería concentrarse en el análisis, estudio, y la preparación de proposiciones teóricas y normativas destinadas a crear una forma de gobierno que aún cuando siendo de carácter autoritario, ella al menos sirva a los intereses de la mayoría. Algo así como el gobierno de uno, o monarquía autoritaria de tipo platónico (Cuba), o la aristocracia benigna o la democracia popular. No pocos observadores latinoamericanos expresaron su opinión que era una soberana pérdida de tiempo seguir pensando y analizando la forma de gobierno llamada “democracia liberal” ya que ella no existe en ninguna parte de los países que van desde el Río Grande a
2 comentarios:
y las formas de gobierno?
no sirbe esta pagina .l.
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