Profesor Titular Ciencia Política
Universidad de Los Lagos
Campus Chinquihue
Puerto Montt.
Una profunda fe religiosa, pero sin ética adecuada llevó al devastador cuestionamiento que Calvino y Lutero hicieron a las jerarquías tanto políticas como eclesiásticas de su época. Muchos historiadores de la civilización occidental señalan a este conflicto filosófico y religioso como una de las causas importantes que produjeron el radical cambio del paradigma medieval al paradigma de la modernidad. La razón y el pensamiento científico terminaron por debilitar enormemente la autoridad y legitimidad de las elites políticas y eclesiásticas. Fue así como siglos después, la democracia liberal reemplazó al autoritarismo medieval, y los violentos cambios de las revoluciones inglesas, estadounidense, francesa, y latinoamericana sepultaron para siempre la forma de gobierno denominada monarquía tiránica y basado en el principio de la autoridad divina.
Maquiavelo fue uno de los primeros pensadores que a comienzos del siglo XVI se dio cuenta del gigantesco cambio paradigmático que se estaba desarrollando en su tiempo. La autoridad divina ya no era suficiente para mantener el orden social medieval. Ahora en un mundo éticamente corrupto hasta sus bases más esenciales, el príncipe nuevo para poder gobernar debía aventajar a su entorno corrupto y ser mucho más astuto que el zorro y mucho más valiente y feroz que el león. Así nació la Ciencia Política moderna y se empezó a pensar que en lo político “el fin justifica los medios”. El político exitoso y eficiente moderno era aquel que sabía encaramarse en el poder y luego sabía mantenerlo costara lo que costara. El éxito en el uso del poder justificaba y legitimaba así los más grandes crímenes y aberraciones morales.
Para evitar la catástrofe civilizacional que esta forma de pensar implicaba, occidente tubo la fortuna de producir y consolidar un renacimiento ético que se caracterizó por el protestantismo en el norte y la contra-reforma católica en el sur de Europa. Una ves más la ética y la filosofía pasaron a tener un rol predominante y ellas dirigieron y controlaron el desarrollo de la razón y la Ciencia. La barbarie de la razón fue así controlada. Armado con estas dos poderosísimas fuerzas civilizacionales, es decir el desarrollo ético y el desarrollo científico, occidente fue capaz de conquistar el mundo.
Pero hoy a comienzos del siglo XXI, se pueden observar signos de un nuevo y gigantesco cambio paradigmático, parecido al que empezó a afectar a Europa a comienzos del siglo XVI. Occidente ha venido perdiendo su fortaleza e integridad ética desde principios del siglo XIX. La degeneración y corrupción de valores básicos de la civilización occidental provocaron durante el siglo XIX la colonización y esclavitud de casi todo el planeta. Luego esta tendencia de poner la razón y la ciencia por sobre la ética (barbarie de la razón) provocaron dos guerras mundiales, e innumerables guerras civiles, golpes de Estado y conflictos en todos los rincones del planeta. Además se usó corruptamente el método científico para diseñar armas de destrucción masiva que pueden acabar con toda la vida en la tierra. Para completar este devastador proceso de corrupción ética, ahora el calentamiento global producido por el capitalismo occidental pende como una espada de Damoques por sobre el mundo.
Pero esta corrupción de la ciencia y ética occidental no sólo invadió a las ciencias exactas como la física, la química o la biología, sino que también invadió las ciencias sociales. Desde hace ya más de 30 años la economía, la sociología, la antropología, la administración y particularmente la Ciencia Política han caído en un círculo vicioso de corrupción ética, es decir una nueva barbarie de la razón.
Todo comenzó con las ideas corruptas de obscuros y desprestigiados académicos tales como: Friedman, Buchanan, Von hayek, y tantos otros economistas neoliberales que desempolvaron las ideas y conceptos usados por los clásicos tales como Smith, Ricardo, Mills y otros. Teorías que fueron extensamente analizadas y luego rechazadas, como entelequias irrelevantes por Marx en el siglo XIX, por Keynes en el siglo XX y por la nueva disciplina llamada sico-economía de comienzos del siglo XXI. El ser humano es un ser emocional y está muy lejos de la racionalidad asumida por los clásicos. Es un ser REFLEXIVO que al analizar y al pensar los fenómenos sociales altera y cambia los fenómenos observados. Por lo tanto la idea de poder describir, explicar y predecir, los fenómenos sociales con fórmulas matemáticas es absolutamente absurda e imposible. Toda la evidencia actual de la psicología contemporánea señala que el hombre tiene aún algo de libre albedrío y por lo tanto no se conduce como los átomos de la ciencia física. No obstante la teoría económica moderna de los últimos 30 años ha dedicado casi todo su tiempo a diseñar modelos matemáticos que pretenden describir, explicar y predecir dichos fenómenos económicos. Naturalmente está ha sido una gigantesca pérdida de tiempo y gracias a la actual crisis económica todo el mundo está severamente cuestionando y rechazando a la economía y a los economistas. Las otras ciencias sociales para no ser menos, también en los últimos 30 años han tratado de capturar mecanicísticamente los fenómenos que estudian y analizan con fórmulas y modelos matemáticos. Y es así como la sociología, la antropología, la administración y particularmente la Ciencia Política son hoy día disciplinas que trabajan con fórmulas y modelos matemáticos que no pueden describir, explicar y predecir nada que sea verdaderamente importante. A toda esta gigantesca aberración epistemológica se agrega una ves más el hecho que la ética y los valores se han dejado de lado ya que ellos no son fáciles de medir y cuantificar. Una vez más, así como a comienzos del siglo XVI, se repite la barbarie de la razón.
Es así como la disciplina de las finanzas modernas elaboró modelos matemáticos diseñados para enriquecer a unos pocos inversionistas sin importarles que si ellos fracasaban esto podía producir la ruina económica de todo el planeta. Por su parte la ciencia política y la ciencia de la administración inventó modelos matemáticos para formular políticas públicas. En ellas se asume que el ser humano no es un ciudadano sino que es un consumidor. Además se asume que es 100% racional y su motivación principal es reducir costos y aumentar los beneficios. En Chile este enfoque teórico llamado Selección Pública ha tenido resultados catastróficos. El Estado empezó a utilizar metodologías y técnicas propias de la empresa y organización privada y así se dieron resultados tales como el Trans-Valparaíso, el Trans- Santiago, las aberraciones de ferrocarriles del Estado, y todos los gigantescos problemas que se están dando en servicios públicos tales como: suministro de agua, servicios de alcantarillado, electricidad, gas, salud, educación, previsión social, vivienda, justicia, seguridad ciudadana, etc. Todos estos servicios pasaron a ser más caros, corruptos e ineficientes que cuando existía el Estado de Bienestar que la dictadura neoliberal destruyó en 1973.
Occidente ha perdido su ética y también ha corrompido su conocimiento científico. Esta gravísima falta, en la historia de las civilizaciones es algo que se paga muy caro. La esperanza de un renacimiento ético empujado por el Presidente Obama y el resto de líderes occidentales, cada día que pasa se ve más distante e irrealizable. Ya se ha demostrado que Obama no es Calvino, ni Lincoln, ni Roosevelt. En mi humilde opinión estas son las razones principales por las cuales será la civilización asiática la que tomará la dirección y control del planeta por los próximos siglos. Es probable que muy pronto surja un nuevo Maquiavelo, esta vez asiático, que proponga ideas de cómo gobernar al mundo en forma más justa y benigna de lo que se ha hecho en los últimos 500 años. Es altamente probable que este nuevo Maquiavelo proponga la forma de gobierno que los clásicos llamaban democracia, es decir el gobierno de los pobres, por los pobres y para los pobres, hoy día esto se llamaría la democracia socialista. Se confirmaría así la teleología marxista, es decir después del capitalismo corrupto el planeta entraría en el modo de gobierno y producción socialista. La historia continúa y aún faltan muchos años para que la evolución ideológica de la raza humana llegue a su fin. La utopía de Tomás Moro está aún pendiente, pero indudablemente que el ser humano ha avanzado muchísimo en su marcha hacia la justicia y la igualdad. Empezó con el modo esclavista, terrible, injusto y repugnante. Luego se pasó al modelo feudal, menos injusto pero igualmente inaceptable, luego se avanzó al modelo capitalista burgués, mucho menos injusto que el feudalismo, pero aún con contradicciones de clases insalvables; y ahora empezó a entrar en el modo de producción socialista.
Al igual que el modo burgués, que tuvo un enorme retroceso histórico después de la derrota de Napoleón; ahora la historia se repite y la consolidación del modelo socialista probablemente se alcanzará después que sean internalizadas las lecciones aprendidas con el fracaso del socialismo soviético.
Los chinos al parecer han creado el modelo ideal de desarrollo. Es decir, un modelo que crea riqueza dentro de un orden institucional y pacífico y luego la distribuye con relativa equidad y justicia. Este es un modelo que no necesita guerras de conquistas ni extensas colonias para prosperar. En el caso Chino se ve con toda claridad que gracias a la elite del partido comunista, principios éticos y filosóficos son los que dirigen y controlan el complejísimo proceso de desarrollo civilizacional. Esta simple y elegante característica en que la ética guía a la razón, ubica a la civilización china en un estado de desarrollo muy superior al de las otras civilizaciones que compiten por el liderazgo mundial. Es por esta razón simple y poderosa que la dirección del mundo caerá eventualmente en manos chinas, al fin y al cabo es la civilización más antigua y exitosa del planeta.
Maquiavelo fue uno de los primeros pensadores que a comienzos del siglo XVI se dio cuenta del gigantesco cambio paradigmático que se estaba desarrollando en su tiempo. La autoridad divina ya no era suficiente para mantener el orden social medieval. Ahora en un mundo éticamente corrupto hasta sus bases más esenciales, el príncipe nuevo para poder gobernar debía aventajar a su entorno corrupto y ser mucho más astuto que el zorro y mucho más valiente y feroz que el león. Así nació la Ciencia Política moderna y se empezó a pensar que en lo político “el fin justifica los medios”. El político exitoso y eficiente moderno era aquel que sabía encaramarse en el poder y luego sabía mantenerlo costara lo que costara. El éxito en el uso del poder justificaba y legitimaba así los más grandes crímenes y aberraciones morales.
Para evitar la catástrofe civilizacional que esta forma de pensar implicaba, occidente tubo la fortuna de producir y consolidar un renacimiento ético que se caracterizó por el protestantismo en el norte y la contra-reforma católica en el sur de Europa. Una ves más la ética y la filosofía pasaron a tener un rol predominante y ellas dirigieron y controlaron el desarrollo de la razón y la Ciencia. La barbarie de la razón fue así controlada. Armado con estas dos poderosísimas fuerzas civilizacionales, es decir el desarrollo ético y el desarrollo científico, occidente fue capaz de conquistar el mundo.
Pero hoy a comienzos del siglo XXI, se pueden observar signos de un nuevo y gigantesco cambio paradigmático, parecido al que empezó a afectar a Europa a comienzos del siglo XVI. Occidente ha venido perdiendo su fortaleza e integridad ética desde principios del siglo XIX. La degeneración y corrupción de valores básicos de la civilización occidental provocaron durante el siglo XIX la colonización y esclavitud de casi todo el planeta. Luego esta tendencia de poner la razón y la ciencia por sobre la ética (barbarie de la razón) provocaron dos guerras mundiales, e innumerables guerras civiles, golpes de Estado y conflictos en todos los rincones del planeta. Además se usó corruptamente el método científico para diseñar armas de destrucción masiva que pueden acabar con toda la vida en la tierra. Para completar este devastador proceso de corrupción ética, ahora el calentamiento global producido por el capitalismo occidental pende como una espada de Damoques por sobre el mundo.
Pero esta corrupción de la ciencia y ética occidental no sólo invadió a las ciencias exactas como la física, la química o la biología, sino que también invadió las ciencias sociales. Desde hace ya más de 30 años la economía, la sociología, la antropología, la administración y particularmente la Ciencia Política han caído en un círculo vicioso de corrupción ética, es decir una nueva barbarie de la razón.
Todo comenzó con las ideas corruptas de obscuros y desprestigiados académicos tales como: Friedman, Buchanan, Von hayek, y tantos otros economistas neoliberales que desempolvaron las ideas y conceptos usados por los clásicos tales como Smith, Ricardo, Mills y otros. Teorías que fueron extensamente analizadas y luego rechazadas, como entelequias irrelevantes por Marx en el siglo XIX, por Keynes en el siglo XX y por la nueva disciplina llamada sico-economía de comienzos del siglo XXI. El ser humano es un ser emocional y está muy lejos de la racionalidad asumida por los clásicos. Es un ser REFLEXIVO que al analizar y al pensar los fenómenos sociales altera y cambia los fenómenos observados. Por lo tanto la idea de poder describir, explicar y predecir, los fenómenos sociales con fórmulas matemáticas es absolutamente absurda e imposible. Toda la evidencia actual de la psicología contemporánea señala que el hombre tiene aún algo de libre albedrío y por lo tanto no se conduce como los átomos de la ciencia física. No obstante la teoría económica moderna de los últimos 30 años ha dedicado casi todo su tiempo a diseñar modelos matemáticos que pretenden describir, explicar y predecir dichos fenómenos económicos. Naturalmente está ha sido una gigantesca pérdida de tiempo y gracias a la actual crisis económica todo el mundo está severamente cuestionando y rechazando a la economía y a los economistas. Las otras ciencias sociales para no ser menos, también en los últimos 30 años han tratado de capturar mecanicísticamente los fenómenos que estudian y analizan con fórmulas y modelos matemáticos. Y es así como la sociología, la antropología, la administración y particularmente la Ciencia Política son hoy día disciplinas que trabajan con fórmulas y modelos matemáticos que no pueden describir, explicar y predecir nada que sea verdaderamente importante. A toda esta gigantesca aberración epistemológica se agrega una ves más el hecho que la ética y los valores se han dejado de lado ya que ellos no son fáciles de medir y cuantificar. Una vez más, así como a comienzos del siglo XVI, se repite la barbarie de la razón.
Es así como la disciplina de las finanzas modernas elaboró modelos matemáticos diseñados para enriquecer a unos pocos inversionistas sin importarles que si ellos fracasaban esto podía producir la ruina económica de todo el planeta. Por su parte la ciencia política y la ciencia de la administración inventó modelos matemáticos para formular políticas públicas. En ellas se asume que el ser humano no es un ciudadano sino que es un consumidor. Además se asume que es 100% racional y su motivación principal es reducir costos y aumentar los beneficios. En Chile este enfoque teórico llamado Selección Pública ha tenido resultados catastróficos. El Estado empezó a utilizar metodologías y técnicas propias de la empresa y organización privada y así se dieron resultados tales como el Trans-Valparaíso, el Trans- Santiago, las aberraciones de ferrocarriles del Estado, y todos los gigantescos problemas que se están dando en servicios públicos tales como: suministro de agua, servicios de alcantarillado, electricidad, gas, salud, educación, previsión social, vivienda, justicia, seguridad ciudadana, etc. Todos estos servicios pasaron a ser más caros, corruptos e ineficientes que cuando existía el Estado de Bienestar que la dictadura neoliberal destruyó en 1973.
Occidente ha perdido su ética y también ha corrompido su conocimiento científico. Esta gravísima falta, en la historia de las civilizaciones es algo que se paga muy caro. La esperanza de un renacimiento ético empujado por el Presidente Obama y el resto de líderes occidentales, cada día que pasa se ve más distante e irrealizable. Ya se ha demostrado que Obama no es Calvino, ni Lincoln, ni Roosevelt. En mi humilde opinión estas son las razones principales por las cuales será la civilización asiática la que tomará la dirección y control del planeta por los próximos siglos. Es probable que muy pronto surja un nuevo Maquiavelo, esta vez asiático, que proponga ideas de cómo gobernar al mundo en forma más justa y benigna de lo que se ha hecho en los últimos 500 años. Es altamente probable que este nuevo Maquiavelo proponga la forma de gobierno que los clásicos llamaban democracia, es decir el gobierno de los pobres, por los pobres y para los pobres, hoy día esto se llamaría la democracia socialista. Se confirmaría así la teleología marxista, es decir después del capitalismo corrupto el planeta entraría en el modo de gobierno y producción socialista. La historia continúa y aún faltan muchos años para que la evolución ideológica de la raza humana llegue a su fin. La utopía de Tomás Moro está aún pendiente, pero indudablemente que el ser humano ha avanzado muchísimo en su marcha hacia la justicia y la igualdad. Empezó con el modo esclavista, terrible, injusto y repugnante. Luego se pasó al modelo feudal, menos injusto pero igualmente inaceptable, luego se avanzó al modelo capitalista burgués, mucho menos injusto que el feudalismo, pero aún con contradicciones de clases insalvables; y ahora empezó a entrar en el modo de producción socialista.
Al igual que el modo burgués, que tuvo un enorme retroceso histórico después de la derrota de Napoleón; ahora la historia se repite y la consolidación del modelo socialista probablemente se alcanzará después que sean internalizadas las lecciones aprendidas con el fracaso del socialismo soviético.
Los chinos al parecer han creado el modelo ideal de desarrollo. Es decir, un modelo que crea riqueza dentro de un orden institucional y pacífico y luego la distribuye con relativa equidad y justicia. Este es un modelo que no necesita guerras de conquistas ni extensas colonias para prosperar. En el caso Chino se ve con toda claridad que gracias a la elite del partido comunista, principios éticos y filosóficos son los que dirigen y controlan el complejísimo proceso de desarrollo civilizacional. Esta simple y elegante característica en que la ética guía a la razón, ubica a la civilización china en un estado de desarrollo muy superior al de las otras civilizaciones que compiten por el liderazgo mundial. Es por esta razón simple y poderosa que la dirección del mundo caerá eventualmente en manos chinas, al fin y al cabo es la civilización más antigua y exitosa del planeta.
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