viernes, 3 de junio de 2011

LA GUERRA QUE SE AVECINA



F. Duque Ph.D.
Cientista Político
Puerto Montt, Marzo 2011

            Es probable que las actuales revoluciones del medio oriente pudieran transformarse en el detonante de una tercera guerra mundial.

            ¿Por qué esta visión futura tan alarmista? Hay varias razones que trataré de describir más adelante. La civilización occidental, para sobrevivir y prosperar, necesita petróleo barato, alrededor de dos dólares por galón de gasolina. Si el costo de la gasolina se dispara, y se mantiene por largo tiempo a más de cuatro dólares por galón, todo el mundo occidental iniciará un largo proceso de colapso económico.
Gradualmente, la demanda de otros artículos y servicios, se reducirá inexorablemente a fin de poder pagar el tanque de gasolina. Esto producirá eventualmente, una contracción de la demanda y con ello se dará inicio al proceso deflacionario, todo esto resultando finalmente en una gigantesca depresión económica.

            Históricamente, la hasta ahora exitosa estrategia de occidente para mantener el petróleo barato, ha sido basada fundamentalmente en dos pilares: primero la creación, manutención y defensa de gobiernos títeres en países claves del medio oriente, particularmente la península arábica: Egipto, Irak e Irán. Segundo, la creación, consolidación y desarrollo de un poderoso Estado satélite que le permita controlar la conducta de los árabes, y ese ha sido el rol de Israel hasta hoy día.

            Es preciso preguntarse ¿por qué la civilización occidental necesita petróleo barato para mantener la salud y el  bienestar de su economía? Parte de la respuesta está en que toda la industria occidental funciona competitivamente sólo con energía barata y la inmensa parte de esta energía viene del petróleo. La mayoría de las plantas eléctricas, funcionan a petróleo y lo que es más importante, el transporte masivo de las personas está basado en su inmensa mayoría en esta “comoditi”.  En occidente, ya casi nadie vive al lado de su trabajo. Las poblaciones habitacionales  que en épocas pasadas las grandes compañías occidentales creaban y mantenían para sus trabajadores, ya no existen. Trabajadores y empleados se han trasladado a vivir en los suburbios y casi todos viven a muchos kilómetros de sus lugares de trabajo. Naturalmente que todos tienen sus autos particulares, y los utilizan para trasladarse, de su casa a la fábrica y u oficina. Esto lo hacen en hermosos vehículos que normalmente llevan sólo un pasajero. Naturalmente todos estos vehículos son alimentados por subproductos del petróleo. Existe uno que otro auto eléctrico pero esto es sólo una rara curiosidad. También se utilizan unos pocos vehículos alimentados por combustibles de origen vegetal. Pero ello ha desatado una crisis alimentaria a nivel planetario y como consecuencia se han producido varias revoluciones, particularmente en el norte de África y en medio oriente.

            Últimamente los líderes occidentales se han dado cuenta nuevamente de lo enormemente peligroso que es esta gravísima dependencia y por lo tanto ha recurrido a vías alternativas para reemplazar el petróleo.  Se han hecho avances en la búsqueda de energías alternativas o también llamado energías limpias o verdes. Desgraciadamente, ellas han resultado caras y sólo cubren una insignificante proporción de la demanda global de energía. También se ha tratado de disminuir la dependencia energética usando energía nuclear. Pero después del terremoto de marzo de 2011 en Japón, ella ya no es una alternativa segura y viable. También se ha buscado aumentar la fuente de energía hidroeléctrica, pero las grandes represas crean terremotos y destruyen el medio ambiente, por lo tanto esta alternativa también se hace muy difícil de usar, ya que poderosos grupos de ciudadanos se oponen a ella en todo el mundo.

            Al fin de cuentas todas las alternativas, al parecer, no son lo suficientemente económicas y seguras y siempre se vuelve a la adicción del petróleo. Pero este elemento se está agotando y cada vez se va haciendo más costoso y difícil de encontrar petróleo seguro y barato. El fondo del mar tiene mucho petróleo, pero después del desastre del Golfo de México, esta alternativa se hace cada vez más difícil y peligrosa de explotar. El petróleo se hace cada vez más caro y la principal causa de esto son los países emergentes y su acelerado proceso de desarrollo. Los principales culpables de este fenómeno, son por lo tanto los países BRICS (Brasil, Rusia, India y China).

            La inmensa mayoría de los pozos petroleros accesibles están en el tercer mundo, particularmente en el territorio perteneciente a la civilización islámica, la africana, la ortodoxa y la latinoamericana (Venezuela, México, Ecuador y Brasil). El petróleo en territorio estadounidense y europeo, se reduce constantemente y pronto la dependencia occidental del petróleo será total.

            La revolución árabe iniciada en enero de 2011, ha agravado críticamente el problema de la dependencia occidental. Los gobiernos títeres gobernando distintos países árabes se han empezado a desmoronar. Ya cayeron los gobiernos títeres de Túnez y Egipto, la guerra civil estalló en Libia y en Yemen. El huracán revolucionario sopla violentamente en el norte de África y la península arábica. La lucha entre occidente y el mundo musulmán se incrementa en Irak, Afganistán y Pakistán. Toda la civilización islámica esta convulsionada y es altamente probable que ella siga los pasos de la revolución iraní. Si todo esto llega a ocurrir, el destino de la civilización occidental estaría sellado y su largo periodo de declinación se aceleraría exponencialmente. Este es un futuro inaceptable para una gran parte de los líderes occidentales. Es por todo esto que occidente (salvo Alemania) está tratando de controlar la situación revolucionaria en el medio oriente y recientemente ha dado inicio a su ataque a Libia. Pero al realizar estos movimientos neoimperialistas, la civilización occidental está afectando gravemente  vitales intereses económicos de Brasil, Rusia, India y China. Es por ello que todos estos países se opusieron a la reciente resolución de Naciones Unidas en la que se daba autorización para atacar a Libia.

            Es así como la lucha armada por el control y posesión del petróleo árabe se ha iniciado y esta guerra petrolera podría desencadenar la tercera guerra mundial. Esto podría ocurrir si Estados Unidos o Israel deciden atacar a Irán. Los principales contendores en este nuevo conflicto serían los Estados Unidos y Europa Occidental  (salvo Alemania)  por un lado, y los países que conforman la civilización musulmana por el otro. Estos ya están siendo apoyados por China, Rusia India y Brasil. Esta guerra, si explota, sería de características diferentes a las de la primera y segunda guerra mundial del siglo 20. En estas dos grandes guerras, se enfrentaron militarmente, grandes potencias que en no más de cuatro o cinco años, resolvieron el conflicto. Ahora,  a comienzos del siglo 21, es probable que la tercera guerra mundial sea una guerra de larguísima duración y de relativamente baja intensidad. En otras palabras, se caracterizará, por tropas occidentales ocupando o tratando de sofocar enormes rebeliones de parte de los musulmanes.

            Dicho de otro modo, el actual conflicto de Irak, Afganistán y Pakistán se ampliará y reproducirá en toda la media luna que  va desde Marruecos a Pakistán.  En todo este inmenso territorio, los musulmanes lucharán apoyados y financiados por potencias tercer mundistas tales como Rusia y China. Con el paso del tiempo, en una segunda etapa, el conflicto podría extenderse hacia el resto de África, Rusia, China, India y también Latinoamérica.

            El resultado de este enorme conflicto de baja intensidad, es predecible. Occidente será derrotado por la simple razón que a pesar de su enorme poder bélico actual, las fuerzas occidentales no serán capaces de derrotar las fuerzas guerrilleras de todas las otras civilizaciones que conforman el planeta. Esta será la guerra final de los pobres contra los ricos. Estos últimos, a pesar de su actual poder militar, no pasan del 10% de la población mundial. En una guerra de guerrillas mundial, los occidentales no tienen ninguna posibilidad de triunfar. En este escenario, occidente, no podrá utilizar sus armas nucleares, ya que las grandes potencias tercermundistas también las tienen.

                        

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